- Siembra
- Trasplante
- Asociaciones
- Suelo
- Luz
- Riego
- Cosecha
- Plagas
Siembra: Utiliza tierra abonada con fertilizantes orgánicos y colócala en un semillero. Siembra tus semillas de lechuga a una profundidad aproximada de 5mm y al finalizar la siembra riega todo el semillero. Si el clima es muy frío se recomienda inicialmente colocar el semillero dentro de un invernadero (invernaderos pequeños para germinación).
Trasplante: Es recomendable abonar la tierra una semana antes del trasplante. Realiza el proceso de trasplante cuando tengan una altura aproximada de 8cm a 10cm y 5 o 6 hojas verdaderas. Realiza el proceso de trasplante en horarios en los que no esté muy fuerte el sol, como las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde. Al sembrar tus lechugas sepáralas considerando una distancia aproximada de 20cm a 30cm entre sí. Al finalizar riega tus lechugas.
Asociaciones: Las asociaciones más recomendables para la lechuga son las siguientes: col, pepino, rábano, ajo, cebolla, tomate y zanahoria.
Suelo: Se aconseja sembrarlas en suelos arenosos, sueltos, con buen drenaje y rico en materia orgánica.
Luz: Es importante que reciban mucha luz, razón por la cual aconsejamos evitar sitios oscuros o con sombra constante. Sin embargo, en temporadas muy soleadas se aconseja no exponerlas demasiado al sol (cubrirlas o si están en macetas colocarlas en un lugar donde el sol no les dé de manera directa y constante a lo largo de todo el día), ya que en estas temporadas es común que la lechuga se espigue, aquello quiere decir que está floreciendo y, al hacerlo, las hojas se vuelven más duras y adquieren un sabor amargo.
Riego: Es una planta medianamente exigente en riego, pero es importante mantener la tierra húmeda (riegos pequeños, pero frecuentes). Sin embargo, debemos evitar una humedad excesiva, pues pueden desarrollar hongos o podrirse las raíces. En épocas calurosas, de sol intenso, se aconseja regarlas todos los días.
Cosecha: Podemos cosecharlas por hojas, es decir, tener una cosecha continua sacando las hojas necesarias o cosecharla cuando el cogollo esté firme y compacto. Es mejor cosechar la lechuga por la mañana.
Plagas: Las plagas que comúnmente atacan a las lechugas son las babosas y caracoles, los hongos y los pulgones. La cáscara de huevo triturada es un mecanismo eficiente para combatir las babosas. Otro mecanismo para combatir babosas y caracoles es enterrar al ras del suelo un recipiente de boca ancha mismo que debe llenarse hasta la mitad con cerveza, puesto que esto los atrae. Para evitar o eliminar hongos es necesario favorecer la aireación y eliminar las hojas que han sido afectadas. En cuanto a los pulgones se puede aplicar plaguicidas naturales como aquellos hechos a base de ajo o cebolla.