- Las semillas
- Siembra
- Trasplante
- Suelo
- Crecimiento
- Luminosidad
- Riego
- Poda
- Fertilización
1. Las semillas: Las semillas de los tomates se encuentran en el interior del fruto, debes extraerlas y colocarlas en un lugar seco y fresco donde no reciba luz solar durante 3 días, posteriormente puedes sembrarlas o almacenar las semillas en una bolsa hermética hasta el momento de la siembra.
2. Siembra: siembra la semilla a una profundidad de aproximadamente 2 o 3 veces el diámetro de la semilla (dado que la semilla del tomate es pequeña, la capa de tierra que la cubra debe ser delegada). Aconsejamos sembrarla inicialmente en un semillero (puedes utilizar una cubeta de huevos a manera de semillero). Siembra 2 o 3 semillas juntas con la intención de que al menos una de ellas germine. Si la tierra inicialmente está muy suela, presiónala un poco.
3. Trasplante: Realiza el trasplante una vez que la planta tengan 4 hojas verdaderas y siémbrala utilizando nuevamente tierra abonada, rica en materia orgánica. Todo el tallo que se entierre desarrollará raíces, lo que permitirá que la planta se fortalezca.
4. Suelo: Es importante que exista un drenaje adecuado en el suelo, adicionalmente, es aconsejable que sea un suelo suelto con oxigenación y rico en nutrientes. No recomendamos suelos arcillosos.
5. Crecimiento: Para un adecuado crecimiento es importante entutorar la planta ya sea con bambú, ramas o cuerdas. Éste debe ser un proceso constante, de manera que a medida que la planta va creciendo, la seguimos entutorando. Los tutores tienen que ser firmes para que no se estropeen o caigan con el viento.
6. Luminosidad: Es importante que tu plantita reciba luz solar, poca luminosidad puede ser nociva. En términos generales cuanta más luz solar reciba mejor, sin embargo, hay que cuidar que no la seque un exceso de sol, ya que puede marchitarla.
7. Riego: Riega tu planta directamente en las raíces, no en las hojas. Es importante mantener la tierra húmeda, pero no encharcada. Si la tierra permanece seca la planta se debilita, por ello hay que estar atentas(os) al nivel de humedad.
8. Poda: Para que puedan desarrollarse los frutos es importante podar el exceso de ramas nuevas (chupones) que nacen de tu plantita (no todos), ya que éstos absorben nutrientes e impiden que sean aprovechados por el fruto. Cuando realicen la poda, la plata debe estar seca, ya que la humedad puede generar infecciones. También es importante sacar las hojas con manchas amarillas, ya que pueden ser hongos.
9. Fertilización: fertiliza periódicamente tus plantas, siempre con fertilizantes orgánicos como humus de lombriz.
Si encuentras huevos de insectos o insectos sácalos cuanto antes, ya que pueden resultar una plaga y hacer daño a tu planta. Para controlar plagas utiliza productos orgánicos como aquellos a base de ajo y ají.